Nuevos Caminos
Por la mañana nos hemos despertado temprano antes de que nos
llamaran los profes y hemos desayunado en el hotel…las tostadas no son como las
de casa, no había colacao, no había aceite…el zumo no nos gustaba (aunque si le
echabas azúcar se podía beber). Los yogures no le han gustado a todo el mundo,
ni la mantequilla, ni la mermelada…el jamón y el queso sí que le han gustado a
algunos pero no hemos comido cereales…como veis había bastante donde elegir.
Entonces hemos empezado a caminar…y caminar...y caminar…
hemos llegado a Dame Street y hemos subido hasta la Catedral de
Christ Church. No se podía visitar porque era
hora de misa…y nosotros, que no nos hemos dado cuenta, hemos entrado y nos
hemos sentado…hasta nos han dado un librito con las lecturas y los cantos del
día. No había estatuas de santos ni de ángeles, había curas diferentes con
ropas y hábitos distintos, la gente se sentaba en sillas, no en bancos, y había
hasta unas tablitas con hojas para colorear y ceras de colores. Cuando nos
hemos dado cuenta de que iba a empezar la misa nos hemos salido sin hacer mucho
ruido para no molestar. Hemos visto una de las cruces típicas de la tradición
celta de Irlanda y nos hemos acercado a la antigua iglesia de St. Michael’s a
ver Dublinia, un museo sobre la historia de Dublin, empezando con las
invasiones de los vikingos y la historia medieval de la ciudad. Nos hemos
probado cascos medievales, que pesaban un montón, hemos visto una breve
presentación sobre la vida en la ciudad en el siglo XIII, nos hemos probado
ropa y hemos jugado a juegos sobre los vikingos y la edad media. Hasta hemos
sorprendido a un vikingo haciendo sus necesidades. Allí hemos subido a la torre
de San Miguel que tenía más de 96 escalones. Desde arriba hemos visto toda la
ciudad, que tiene muy pocos edificios altos. Al bajar nos hemos dirigido a un
parquecito que tenía un jardín hecho con tierra de cementerios de Bélgica en
honor a la gente que había muerto en las guerras, y hemos picoteado un poco.
Desde ahí hemos ido al castillo de Dublín y a unos jardines con esculturas muy chulas.
Luego
hemos llegado al río Liffey y hemos
comido en una hamburguesería con unos trabajadores muy majos que nos han
tratado muy bien.
Cuesta abajo también
hemos visitado el Trinity College, con su impresionante biblioteca. Era un
lugar que te dejaba sin palabras, con miles de libros antiguos hechos a mano,
ordenados en estanterías enormes con escaleras para poder acceder a todos… sólo
ha habido una cosa que no nos ha gustado: de los muchísimos bustos que había
dentro, ni uno solo era de una mujer. Hemos dado una vuelta por la tienda de
regalos y hemos ido a visitar la iglesia de Saint Patrick, donde está enterrado
el escritor de Los Viajes de Gulliver, Jonathan Swift, pero estaba cerrada y
tendremos que volver en otro momento. Entonces hemos ido al hotel a descansar
un ratito y luego hemos caminado hasta el cementerio de Mount Jerome, que
estaba también cerrado…aquí se hace de noche muy pronto y lo cierran todo.
Para cenar hemos entrado a tres o cuatro sitios, pero claro,
a cada uno nos gusta una cosa y no hay nada que nos guste a todos…igual
llegamos a casa con algún kilito de menos…o con alguno de más de tanta
hamburguesa y pizza, pero eso si, estamos caminando más que nunca.
De vuelta en el hotel hemos cronometrado cuánto tiempo
tardábamos en ducharnos todos mientras los profes nos ayudaban a practicar las presentaciones
que tenemos que hacer mañana…mientras escribimos esto llevamos cuarenta y cinco
minutos y todavía faltan dos… desde luego que no superamos el record Guiness.
Mañana será un gran día porque conoceremos a todos nuestros
compañeros y compañeras ERASMUS de Grecia, Reino Unido, Italia, Rumanía e
Irlanda. Va a ser un día muy interesante.
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