domingo, 17 de marzo de 2019

ISLANDIA 2019: COMENZAMOS DE NUEVO

Esta tarde, mientras dormíais la siesta o jugábais en la calle, Noemí y Daniel han comenzado su curso de Islandia. Reikiavik, la capital, es una ciudad muy manejable y agradable. Hace frío, pero nada que una buena chaqueta, guantes y gorro no puedan solucionar.
Los islandeses son gente muy amable y simpática y, aunque su lengua nos resulta impronunciable, hablan todos inglés estupendamente (intentad pronunciar hæcstaréttarmalaflutningsmaõur y luego me contáis). 
La comida está muy buena: hay mucho pescado y carne. Hay dos platos típicos que todavía no nos hemos atrevido a probar, pero dadnos tiempo: se trata del hákarl, que no es otra cosa que carne de tiburón podrido que apesta a pis y el cerebro de cordero.
Mientras nos vamos haciendo a la idea (no nos podemos ir sin probar ese tiburón pestilente) vamos aprendiendo sobre el sistema educativo y la cultura islandesa. 
Nuestro primer día de curso ha sido en el HARPA, un edificio espectacular que se ilumina por la noche y que está cerca del puerto al lado del océano.


Hemos visitado además la iglesia Hallgrimskirkja y hemos subido a la torre desde la que se tiene una vista espectacular de la ciudad; hemos visitado el ayuntamiento y el lago que tiene enfrente, congeladísimo pero super acogedor para patos y cisnes; hemos visitado el museo Saga de cultura vikinga y hemos dado una vuelta por el puerto. 
Ayer por la noche paseamos por las calles principales de la ciudad y tuvimos la gran suerte de poder ver la aurora boreal, no en todo su esplendor, pero sí lo suficiente como para querer hacernos volver. Mañana, miesntras disfrutáis de vuestro bien merecido puente, nosotros comenzamos las visitas a los coles, que aquí ni tienen fallas ni puente, ni nada. 

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